
a veces es necesario
perderse entre la gente
confundirse en la multitud
y mirarse en el espejo de unos ojos ajenos
que no esperaban encontrarnos
Porque a mi alma le gusta pasearse desnuda...
Ella acariciaba suavemente su pecho (el de ella). Mientras él, lo abrazaba por la espalda y le besaba el cuello (a él). (Ella y él) descubrían nuevas formas de placer. Ella y él, se cobraban una nueva víctima. (Ella y él) se miraron con los ojos encendidos, supieron al instante qué debían hacer. Ella la besó, él lo beso. (Ella), ella, (él) y él cada vez más cerca. Ocho manos y ocho piernas bailan en el centro del universo, donde no existe el pecado. Así nacen los ángeles.