
La noche me abandonó y ya no tengo la paz de sus piernas infinitas enseñándome a volar entre sueños. Ya no tengo su barba apenas crecida que me irrita los labios cada vez que me besa. No tengo sus manitos diminutas que apenas encierran mi pulgar descubriendo un nuevo universo. No tengo su maullido y el suave tacto de su pelo a la madrugada reclamándome atención.
La noche me abandonó y se llevó su perfume que me enloquecía hasta hacerme olvidar quién soy. Ya no su aliento a vino gimiéndome en la espalda. Ya no el sudor frío sobre la frente que llega y se va como la fiebre.
La noche me abandonó y no soporto los tibios rayos de sol entrando por la ventana. Me escondo bajo las sábanas y una imperceptible lágrima nace de mis ojos. El olor a café recién hecho anuncia una nueva mañana. ¡Qué difícil la noche sin poder respirarla!.
2 comentarios:
Muy bueno éste también, realmente escribís cosas muy lindas.
Gracias, gracias, que me voy a sonrojar...
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